Una nueva tecnología que lo cambiará TODO, “cuando se origina un pulso magnético este avanza y en el desplazamiento genera una ruptura de la simetría del volumen del vacío en el que se encuentra la materia”.
Hasta hace pocos años nuestro concepto del Vacío ha evolucionado. El espacio vacío es más rico que la mera ausencia de cosas, y desempeña un papel indispensable en gran parte de la física moderna. Incluso entre los antiguos griegos, el vacío dividía lealtades. Un línea influyente de pensamiento, que aparece por primera vez en el trabajo del filósofo Parménides en el siglo V a. C. y hoy más comúnmente asociada con Aristóteles, mantenía que el espacio vacío está en realidad relleno de un medio invisible. El auge de la ciencia moderna en el siglo XVII no hizo mucho por resolverlos. El inglés Isaac Newton, como Aristóteles, creía que el espacio entre los cuerpos tenía que estar relleno de un medio, si bien uno de una clase inusual. Debía ser invisible, pero tampoco producía fricción, ya que la Tierra lo atraviesa en su camino alrededor del Sol sin encontrar resistencia alguna.
Durante el siglo XIX, la naturaleza del espacio vacío empezó a estudiarse en un nuevo contexto: el misterio de cómo un cuerpo cargado siente atracción hacia otro; o cómo dos imanes “sienten” la presencia el uno del otro. La explicación del químico y físico Michael Faraday era que los cuerpos con carga o magnéticos creaban regiones de influencia –campos– alrededor de sí mismos, algo que otros cuerpos experimentaban como una fuerza.
¿Pero qué eran exactamente esos campos? Una de las maneras en que a los físicos de la época les gustaba explicarlos era invocando un medio invisible que rellenaba el espacio, justo lo mismo que decía Newton. Los campos eléctricos y magnéticos pueden ser explicados como torsiones de ese medio, como las que provocas en una goma elástica si la retuerces. El medio se empezó a conocer como éter luminífero, o simplemente éter, y tuvo una enorme influencia en la ciencia del siglo XIX.
El descubrimiento cuántico
Un nuevo giro puso el problema del espacio vacío con la teoría de la mecánica cuántica. A nivel atómico, la impecable previsibilidad del universo clásico newtoniano se rompió para ser reemplazada por un conjunto de reglas alternativas extrañas. Una partícula como, por ejemplo, un electrón, no se mueve de A a B siguiendo una trayectoria precisa y definida. En un momento, su posición y movimiento serán, hasta cierto punto, inciertos.
Y lo que es cierto para un electrón lo es también para todas las entidades físicas, incluidos los campos. Un campo eléctrico, por ejemplo, fluctúa en intensidad y dirección como resultado de la incertidumbre cuántica, incluso aunque el campo sea neutro en su conjunto. Imagina una caja que no contiene cargas eléctricas –de hecho, que no contenga más que vacío– hecha de metal de forma que ningún campo eléctrico pueda penetrar desde el exterior. Según la mecánica cuántica, aun así existirá un irreductible campo eléctrico en su interior, que a veces se manifestará de una forma y otras veces de otra. En conjunto, estas fluctuaciones sumarán cero, de modo que una medida en crudo no detectará actividad eléctrica. Pero una cuidadosa medición a nivel atómico sí lo hará.
Nos hallamos ante un punto importante. Aunque el campo de fuerza de las fluctuaciones será cero de media, la energía no lo es, porque la energía de un campo eléctrico es independiente de su dirección.
Por tanto, ¿cuánta energía reside en una caja vacía de un tamaño determinado? Los rápidos cálculos que se hacen en base a la teoría cuántica llevan a una conclusión aparentemente sin sentido: no hay límite. El vacío no está vacío. De hecho, contiene una cantidad infinita de energía. Los físicos han hallado un modo de sortear este desbarajuste, pero solo si se hace una pregunta diferente. Si tienes dos cajas de metal de diferente forma o tamaño, ¿cuál es la diferencia en las respectivas energías cuánticas de su vacío? La diferencia es minúscula, pero se puede medir en el laboratorio, lo que prueba que las fluctuaciones cuánticas son reales, y no simplemente una predicción teórica demente.
Así que el concepto moderno del vacío es el fermento de la actividad de un campo cuántico, con ondas que surgen al azar aquí y allá. En mecánica cuántica, las ondas también tienen características de partículas, de modo que el vacío cuántico se describe a menudo como un mar de partículas de vida breve; fotones para el campo electromagnético, gravitones para el campo gravitatorio, y así sucesivamente, que surgen de ninguna parte y que desaparecen de nuevo.
Un vacío lleno de energía y presión
Onda o partícula, obtenemos una representación del vacío que nos recuerda, en algunos aspectos, al éter. No nos da un marco de quietud con respecto al cual se pueda decir que se mueven los cuerpos, pero sí que rellena todo el espacio y tiene propiedades físicas mesurables, como la densidad de energía y la presión.
Uno de los aspectos más estudiados del vacío cuántico es su acción gravitatoria. Ahí fuera, en el cosmos, hay muchísimo espacio, todo él probablemente atiborrado de fluctuaciones del vacío cuántico. Todas esas partículas que surgen y desaparecen deben pesar algo.
Existen proyectos de Física del Vacío con Un dispositivo de detección diseñado y construido por la Universidad Yale en Estados Unidos está delimitando la búsqueda de la materia oscura en la forma de los axiones, una partícula subatómica teórica que podría constituir hasta el 80% de la materia del universo.
Los axiones o cuasiparticulas, tienen una anti-densidad de 10123gr/cm3. Si asumimos que la masa está directamente relacionada con la energía, se requiere muy poca energía para producirlos.
En la física cuántica, cada partícula es descrita como una onda. La longitud de onda corresponde a la energía de la partícula. Partículas pesadas tienen longitudes de onda pequeñas, pero los axiones, de baja energía, podrían tener longitudes de onda de muchos kilómetros.
Se ha especulado asimismo con que los axiones puedan acumularse alrededor de un ‘agujero negro‘ y extraer energía de la acción de este.
Nada más lleno que el vacío cuántico
La propuesta de algunos científicos es que la energía oscura es un tipo de energía del vacío cuántico que actúa en la expansión acelerada de nuestro universo. El inconveniente con este extraño vacío es que origina problemas como el de la constante cosmológica, una discrepancia en los datos teóricos y las predicciones de la teoría cuántica que trae de cabeza a los físicos.
Nuestra propuesta de los Principios Físicos Dinámicos Geométricos del Volumen del Vacío han sido testados en numerosas ocasiones. Seguir leyendo Orígenes del Universo
Algunos científicos y físicos vanguardistas ya aceptan que el VACÍO es ALGO (efecto de campo) y que está lleno de energía.
El vídeo de aquí abajo es en parte coincidente con los Principios y Fundamentos Físicos en que se basan los Generadores de Energía TMM-DC.