En primer término, las pantallas táctiles resistivas son mucho más económicas de fabricar que las capacitivas, pero no ofrecen la fantástica posibilidad del multitouch, es decir que si presionamos con más de un dedo, el dispositivo captará la posición de sólo uno de ellos.
Además las pantallas táctiles resistivas se descalibran con el paso del tiempo, y necesitaremos recalibrarlas. Si bien esta es una operación simple y muy cómoda de hacer, muchos usuarios acusan que les devuelve una sensación de mal desempeño.
En una pantalla resistiva tendremos que hacer una leve presión para que el sistema reaccione, lo que facilita que se pueda emplear un lápiz para hacer funcionar la pantalla táctil con mucha precisión.
Al contrario de las pantallas resistivas, una pantalla capacitiva ofrece una experiencia de uso maravillosamente suave, ya que sólo requiere que apoyemos los dedos sin realizar ninguna clase de presión, pero por otra parte no podremos usar un lápiz óptico regular, sino uno especialmente diseñado para estos dispositivos capacitivos, mucho más caros que un lápiz óptico común.
Uno de los mayores inconvenientes es que las pantallas capacitivas son imposibles de operar en el invierno, cuando los usuarios usan guantes. Tampoco es que sea fácil operar una pantalla resistiva en estas condiciones, pero se puede. Como siempre, ante una necesidad existe una respuesta, sobre todo cuando se trata de tecnología, y esta viene de la mano de guantes especialmente desarrollados para operar una pantalla capacitiva, los cuales poseen material conductor en la punta de sus dedos.
Materiales de la pantalla capacitiva
La pantalla capacitiva, tiene que ser capaz de transportar la electricidad, por tanto, nos vamos a encontrar con indio y estaño, que al ser combinados con oxígeno, generan un óxido que transporta la electricidad y es el elemento que hace que la pantalla sea capacitiva.
El cristal utilizado en la mayoría de smartphones, es de aluminiosilicato, formado por la combinación de óxido de aluminio (Al2O3) y óxido de silio (SiO2). Una forma de añadirle dureza es con iones de potasio.
Los colores en las pantallas se producen gracias a algunas «tierras raras», al igual que el filtro de rayos UV es gracias a ellos. Entre estos materiales encontramos itrio, lantano, terbio, europio, disprosio, praseodimio y gadolinio. Todos ellos, componentes que en la tierra existen en mínima cantidad, y que activados con terbio emiten el color verde, azul o azul-ultravioleta.