El método más usado en la recuperación de metales preciosos es con la mezcla de ácido nítrico y clorhídrico, llamado “aqua regia” en el que disolvemos todos los materiales hasta formar un cloruro de oro, el cual luego precipitaremos para recoger en el fondo nuestro polvo de oro.
Otros métodos mucho más nocivos incluyen el mercurio y el cianuro como elementos clave a la hora de separar nuestro oro del resto de minerales, son los procedimientos que suelen usarse en países del tercer mundo, por su sencillez, pero también se debe tener en cuenta lo peligroso que puede llegar a resultar para nuestra salud y para el medio ambiente.
Nuestro entorno está claramente informatizado y dominado por la tecnología, lo que conlleva que cada vez más recursos minerales y metales, tanto preciosos como otros que no lo son, se usen para todo tipo de nuestros sistemas de trabajo, entretenimiento, etc. Esto, sumado al progresivo declive de la extracción minera, que se prevé que siga en aumento en los próximos años y la falta de descubrimientos de nuevos yacimientos, hace que se vuelva necesario empezar a reciclar todos los componentes electrónicos para conseguir nuestros tan preciados metales. Lo que conlleva, que la recuperación de dichos metales o comúnmente conocida como “minería urbana” se haya popularizado como una nueva fuente de suministros, especialmente los de gran valor, como el oro, el paladio, el platino o la plata.
La generación mundial de residuos electrónicos alcanza los 62 millones de toneladas
La producción de RAEE crece cinco veces más rápido que su reciclaje, según el último Informe Mundial de Residuos Electrónicos de la ONU.
La humanidad generó 62 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en 2022, el equivalente a un millón y medio de camiones que, puestos en fila, darían la vuelta al mundo por el Ecuador.
La producción de basura electrónica a nivel global está aumentando en 2,6 millones de toneladas anuales, y va camino de alcanzar los 82 millones de toneladas en 2030, lo que supondría un aumento del 33% respecto a la cifra de 2022.
Metales en chatarra electrónica
Además del oro entre los residuos, también encontramos metales tan necesarios como el wolframio, el estaño o el cobalto. Según un estudio realizado por la revista “Enviromental Science & Technology”, sale 13 veces más caro extraer de la tierra los minerales necesarios para hacer nuevos dispositivos que obtenerlos a través de minería urbana. Los materiales obtenidos de recursos vírgenes, necesitan, entre otras cosas, cantidades ingentes de agua, productos químicos, agresión del terreno, combustibles fósiles, empresas de fundición, energía consumida y transporte.
Así, además, contribuimos a que los llamados “metales de conflicto” dejen de serlo.
Por estos métodos, ya se obtienen varias toneladas al año de metales como el oro o el paladio, dado que la obsolescencia planificada de nuestros sistemas, o el avance y actualización de nuestros artículos electrónicos, hace que se vaya reduciendo paulatinamente la vida útil de los mismos, haciéndolos así una fuente perfecta para el reciclaje y recuperación.
¿De qué puedes recuperar oro?
El oro sigue siendo uno de los metales nobles más caros y deseados del mundo. El metal se utiliza, por ejemplo, en la producción de dispositivos y aparatos electrónicos y se puede recuperar en el proceso de fundición.
- computadoras y portátiles (es posible recuperar oro de placas base, contactos, CPU, etc.),
- teléfonos inteligentes y teléfonos de generaciones anteriores,
- videograbadoras,
- sistemas de sonido y
- semiconductores.
Un solo teléfono móvil contiene silicio, aluminio, hierro, fósforo, galio, antimonio, plomo, cobre, tantalio, plata y oro. Cada año se utilizan más de 300 toneladas de oro en productos electrónicos lo que convierte al reciclaje de equipos electrónicos en una verdadera “mina urbana”.
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