Los diamantes creados en un laboratorio que se financia con unos perfiles de alta inversión son idénticos a los naturales. Son diamantes de alta calidad con una avanzada tecnología de enfriamiento y son indistinguibles a los naturales.
Un laboratorio de joyas
Los compradores de estos diamantes pueden tener la seguridad de que estas piedras preciosas no financian conflictos armados.
Hay una nueva gema brillando en Silicon Valley. Una compañía con base en Estados Unidos, está creando diamantes en un laboratorio, utilizando un reactor de plasma que alcanza una temperatura tan alta como el sol.
Los diamantes naturales se hacen de carbón puro, sometidos a miles de millones de años de presión y altas temperaturas, a profundidades cercanas a 100 kilómetros bajo tierra. Pero ahora, también se consiguen estas piedras preciosas de un reactor de plasma, átomo por átomo, a partir de un pequeño “diamante madre” sacado de Canadá. El proceso tarda cerca de un mes.
La idea es producir diamantes que son indistinguibles de sus contrapartes naturales, pero sin las controversias que rodean a los diamantes reales.
La industria de los diamantes ha sido relacionada con los “diamantes de sangre”, que salen de minas para financiar el conflicto y la guerra civil. Los beneficios han sido usados por los líderes de la guerra y los rebeldes para comprar armas en los conflictos de Angola, República Democrática del Congo y Liberia.
Así como estas piedras alimentan el conflicto, cientos de hombres, mujeres y niños en países como Sierra Leona han sido utilizados como esclavos para sacar los diamantes.
El Proceso Kimberley, que regula el comercio de diamantes en bruto, dice que los “diamantes de sangre” representan solo 0.1% de la producción actual en el mundo. Pero comprar estos diamantes de laboratorio puede dar a los clientes una tranquilidad absoluta.
Tras dos años de investigación y desarrollo, la compañía lanzó sus diamantes en noviembre de 2015. Se unió con cortadores y diseñadores para vender anillos de compromiso y diamantes sueltos en línea.
Inversores de alto perfil
La compañía reunió más de 100 millones de dólares de capital, de 12 multimillonarios tras conocer el proyecto.
DiCaprio, quien protagonizó el filme de 2007 Diamante de sangre, donde se exploraba el conflicto alrededor de la industria minera en las regiones en guerra de África, ha respaldado el enfoque ético de la producción de diamantes.
Un nuevo enfoque
Hay otras compañías haciendo diamantes sintéticos, pero nada más uno ha logrado una nueva combinación de piedras de alta calidad, buenos cortes y uso consciente del uso de la energía.
El plasma producido por el reactor es de cerca de 5,538 grados Celsius—tan caliente como la capa exterior del sol, explica uno de los ejecutivos, quien lo describió como “un sol en la Tierra”. Es un proceso costoso y requiere mucha energía, pero el uso de energía solar e hídrica permite que no haya huella de carbono, de acuerdo con la compañía.
En términos de tecnología, la compañía se diferencia del resto de laboratorios en la capacidad de producir diamantes de alta calidad, gracias a un método que involucra altas temperaturas, en sustitución a la alta presión, y una tecnología de enfriamiento que da como resultado piedras puras.
Alta demanda
Se planean más instalaciones para la producción. Por ahora, la primera planta produce 1,000 quilates al mes, que son entre 150 y 330 gemas cada quincena. Hasta ahora, la piedra más grande es de 12 quilates.
La demanda actual es mayor que la oferta. Las gemas cuestan lo mismo que los diamantes naturales, con un descuento en línea entre 10% y 15%, de acuerdo con la empresa. Un diamante suelto tiene un costo a partir de 305 dólares por 0.38 kilates y de hasta 23,000 dólares por una gema de 2.30 kilates.
Vienen certificados por el Instituo Gemológico de Estados Unidos y son tan reales como los que salieron de la tierra.
“Un diamante es un diamante» dicen los expertos.