Muchas son las preguntas entorno a estas nuevas tecnologías que generan debate sobre blockchain y las criptomonedas. ¿Cómo puede afectar su tecnología a grandes industrias?, ¿En qué cambiarán los mercados financieros con la irrupción del bitcoin y las criptomonedas?, ¿Hay que hacer una nueva regulación?, ¿Es una burbuja?..vamos a exponer y mirar de aclarar algunos conceptos y dudas.
¿Qué es el blockchain?
Imagina un fichero de texto con dos columnas, donde en una columna pone un identificador (ejemplo “abc”) y en la otra un número (ejemplo “34”). Es decir “abc” le corresponden “34”. Ahora imagina que ese fichero pudiera estar en miles de ordenadores duplicado, con la seguridad de que nadie lo puede alterar a traición pero cuando legítimamente se debe alterar algo, en cuestión de segundos, todos se sincronizan. Aunque uno de los miles de ordenadores desapareciese de la red no pasaría nada.
Se trata de una estructura tecnológica que sirvió como base para la criptomoneda Bitcoin. ¿Cómo se hizo? “Blockchain” o “Cadena de bloques” cambia la estructura de punto a punto en las comunicaciones en internet; le coloca criptología y junto a la minería de datos se constituye una base muy robusta encima de la cual podemos programar lo que necesitamos.
¿Para qué puede servir?
Es un registro distribuido resistente a la sincronización y sin necesidad de confianza entre los miembros que la conforman. Algo que llevaba décadas intentándose resolver.
La blockchain no dejan de ser libros contables distribuidos que garantizan que cualquier transacción entre dos o más personas se realice de forma confiable y segura sin necesidad de intermediarios.
En este contexto, se encuentran los contratos inteligentes (smart contracts) que no son más que “instrucciones de código muy simples” con las que se simplifican muchos de los procesos. Por ejemplo si queremos llegar a un acuerdo de un negocio en concreto podremos diseñar nuestro ‘smart contract’ y hacer un negocio cruzado sin un gran desarrollo informático.
Una cadena de bloques es esencialmente solo un registro, un libro mayor de acontecimientos digitales que está “distribuido” o es compartido entre muchas partes diferentes. Solo puede ser actualizado a partir del consenso de la mayoría de participantes del sistema y, una vez introducida, la información nunca puede ser borrada.
El acceso al sector financiero
Sobre esta tecnología (‘cadena de bloques’) se pueden construir desde criptomonedas como Bitcoin hasta todo tipo de servicios o productos en el futuro. Respecto a la primera, todos coinciden en cómo cambiará el panorama y qué implicaciones tendrá. “Surge de la necesidad de los 4.000 millones de personas que no tienen acceso al sistema bancario”.
Ese mayor acceso a los servicios financieros en el futuro es una de las grandes bondades que señalan los expertos (en búsqueda de Google, los países donde más crece blockchain son Nigeria o Ghana).
Lo que se plasma en el blockchain no puede desaparecer jamás. Blockchain es un registro inmutable y permanente. Se trata de una base de datos que solo permite escritura. No se puede modificar ni borrar nada de ello, solo añadir, y todo ello bajo consenso de muchos ordenadores (mineros) distribuidos por todo el mundo.
Bitcoin es dinero digital. Pero cuando pensamos en cosas digitales pensamos en ficheros que se pueden copiar y pegar, como las fotos de tus vacaciones, una canción o cualquier otro fichero que tienes en tu ordenador. Pero Bitcoin es diferente ya que, imagina la gracia de poder copiar y pegar dinero, no tendría sentido. Por ello existe el blockchain, el libro de contabilidad. No existen los bitcoins, no hay ficheros que representen bitcoins, solo un libro de contabilidad que consigue llevar de forma increíble la contabilidad de todo el sistema financiero.
Imagina como de bueno sería un sistema financiero tan transparente.
La especulación con el bitcoin
La cadena de bloques de Bitcoin contiene un registro certero y verificable de todas las transacciones que se han hecho en su historia. Uno de los aspectos que estuvo sobre la mesa en el debate fue la especulación entorno a las criptomonedas. Y en especial sobre Bitcoin, la que cuenta con la comunidad más extensa detrás. Esta semana, después de haber superado el umbral de los 6.000 dólares, se intercambiaba por 5.700 dólares (en enero apenas rozaba los 1.000). En el último año, según explicaba Bloomberg, creció un 825% (las acciones de las puntocom crecieron más del 680% desde el arranque de 1996 hasta el estallido de la burbuja en marzo del año 2000).
Hoy, estas cifras le dan un valor de mercado de más de 90.000 millones de dólares (hay en circulación entorno a 21 millones de bitcoins en el mundo). Aunque sigue estando lejos de muchos gigantes tecnológicos, compañías del sector financiero como American Express (81.000 millones) y Paypal (84.000 millones) están por debajo de esa barrera.
El trayecto por recorrer es todavía largo y el rendimiento de los que ya han invertido es “muy grande”.
“Esta explosión de interés es en gran parte especulativo… veremos lo mismo que en las puntocom: una gran explosión de creatividad, con muchas oportunidades para ‘brokers’ y plataformas de negociación y de ahí surgirán los gigantes, aunque por el camino caerán miles”, evidentemente habrá una limpieza o purga en todo esto pero “mucho interés en lo que puede surgir”.
¿Cómo debe ser la regulación?
Más allá de la especulación, hay diferencias de criterio entre los actores respecto a la regulación de la actividad de Bitcoin y la blockchain. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y los bancos son partidarios de que existan reglas del juego. En nombre de la primera, Ramiro Losada, economista senior del organismo supervisor, que forma parte del comité europeo que analiza el futuro de la contabilidad distribuida, asegura que la seguridad jurídica en las transacciones y la protección a inversores no deben cambiar. “Otra cosa es la adaptación a la nueva tecnología; si hay que hacer algún cambio, se tratará de hacer”, apunta.
¿Y en el lado de la banca?
Lo que hizo Satoshi -fundador de bitcoin- ya ha madurado; tenemos que hablar de 2017, capitalizar lo aprendido y, con la vista puesta en 2025, ver cómo nos vamos a mover, cómo se moverá bitcoin y cómo vamos a crear la economía digital del futuro. Por ejemplo, la actividad de esta criptomoneda está regulada en Japón, mientras que otros países, como Israel, ya están en ello.
Al otro lado están quienes miran a la regulación con cierto recelo. “La regulación debe ser accesible y no podemos cumplir las mismas reglas que las de la ampliación de capital de un banco”, comenta Marcos Vallés, fundador de Megavatio Control, una compañía que desarrolla Green Energy Tracker, que sirve para certificar las garantías de origen de la energía renovable.
Otros usos: electricidad o industria
Más allá de los usos relacionados con las criptomonedas, durante los últimos años se han ido descubriendo potenciales destinos de la tecnología detrás del blockchain. Uno de ellos es, precisamente, el de la energía. Sobre Green Energy Tracker, Vallés explica cómo se trata de “un mecanismo con el que se puede verificar que una empresa está produciendo energía renovable”.
Pero no es el único. En otras industrias, esta tecnología también permite encapsular datos y hacer mucho más trazables todos los procesos. Montse Guardia pone el ejemplo de la aeronáutica: “Voy a poder controlar todas las etapas de mantenimiento de piezas del avión; voy a saber dónde está, cuándo lo han reparado, quien fue el que hizo la última reparación…”.
Esa mayor trazabilidad incrementará el control en la gestión del dinero de lo público o, incluso, removerá los cimientos de profesiones como la de notario. “Estos y otros intermediarios no desaparecerán, pero sí evolucionarán”, apunta Guardia, quien señala que, precisamente los notarios, así como los abogados, forman parte también del consorcio Alastria creado por las grandes empresas para crear su propia red semipública de blockchain, ya han mostrado gran interés.
Alastria supuso un elemento de mucho debate. ¿Debe ser pública la blockchain o puede generarse una red “para miembros” que garantice la resiliencia del sistema”.
Futuro
Más allá del desarrollo tecnológico, hay voces que llaman a aprovechar esta innovación para colocar a España en una posición de salida y no quedar retrasados. “Es una oportunidad brutal para posicionar a España en este sector en esta nueva ola de transformación”, explica Alex Preukschat, miembro de la organización Blockchain España.
Quiero invertir en minería digital o Más información sobre Blockchain y sus Beneficios